lunes, 19 de septiembre de 2011

BONNIE AND CLYDE, de Arthur Penn (1967)


La primera entrada de un blog siempre es importante, y es por eso que elegí empezar escribiendo sobre esta película, una de mis favoritas y además una de las más relevantes en la historia del cine norteamericano.

Bonnie Parker y Clyde Barrow, pareja en el amor y socios en el delito, líderes de la llamada Pandilla Barrow, quedaron perennizados en la cultura popular como los asaltantes de bancos más famosos y mitificados de todos los tiempos. Por fuerza o por naturaleza, ambos entremezclan su vida amorosa con su recorrido obligado por diferentes estados norteamericanos huyendo de la justicia, hasta ser asesinados en una emboscada en 1934, años de la Gran Depresión y del auge del crimen organizado. Esta cinta, dirigida por Arthur Penn y estrenada en 1967, captó tantas críticas como elogios, y una buena acogida por parte del público. Es una de las primeras que celebra la anulación del Código Hays, exhibiendo libremente detalles que Hollywood siempre se afanó en ocultar acerca del sexo y la violencia.

Las insinuaciones pueden resultar más atrevidas e intensas que la explicitez. La naturalidad con la que se luce el erotismo de Bonnie al empuñar la pistola de un Clyde “poco apasionado” es tan provocativa como poética. Se presenta a Bonnie y Clyde como dos jóvenes marginales asediados por antipáticos policías, forzados a escapar y delinquir. Conviven casi como si de un juego se tratase con la transgresión de las normas. Es con esas mismas candorosas maldad y osadía juveniles con la que se fotografían y duermen al lado de las armas agotados tras un día de fechorías con las que se encuentran condenados a la incomprensión y a la muerte. No sólo se trata de un romance atípico de dos personas de actitud condenable por la sociedad, sino de la exposición abierta de los detalles que las grandes industrias cinematográficas siempre se afanaron en ocultar, y finalmente incluyeron en su discurso. Bonnie and Clyde es una película tan hollywoodense como antisistema. El dúo, como muchos de los gangsters, forma parte de la lista de antihéroes más heroicos de la historia del cine, con la diferencia de ser ellos unos de los primeros y de los que abrieron caminos más grandes dentro del cine de Hollywood.

Un gangster no es como cualquiera, no vive como cualquiera, y no morirá como cualquiera. Y eso él lo sabe y lo enorgullece. La pareja, al margen de sueños de una vida pacífica y conociendo cuál sería su final, mantiene su rutina de persecución y violencia, la cual es plasmada con la sencillez y elegancia de un film de la Nueva Ola francesa, algo que los críticos aplaudirían y que serviría de punto de partida para la realización de películas como El Padrino. Son todos estos contrastes de ludismo y crimen los que hacen que nunca pierda su atractivo y sea ésta una pieza única.  Es una película de acción, es cine de gansgters, es policial, es cine joven americano y es una historia de amor.

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